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El envejecimiento Activo.

El envejecimiento Activo: Los cambios en la estructura demográfica ocurridos en nuestro entorno en las últimas décadas no tienen precedentes. Por una parte, se han producido descensos en las tasas de natalidad, por otra, las tasas de mortalidad se han reducido, lo que ha conducido a importantes aumentos en la esperanza de vida, dando lugar a lo que se ha venido a denominar la revolución de la longevidad.

Estos cambios demográficos conllevan cambios sociales y culturales. Los conceptos del siglo XX sobre la vejez, la jubilación y el aprendizaje ya no están vigentes a día de hoy.

El envejecimiento es un proceso fisiológico normal que empieza en el momento de nacer y se acentúa en los últimos años. Es un proceso que ocasiona cambios durante todo el ciclo de la vida, diferente para cada individuo y no es uniforme.

LA VEJEZ NO ES SINÓNIMO DE ENFERMEDAD, NI DE DISCAPACIDAD NI DEPENDENCIA. Pero si que se producen cambios físicos, biológicos y psicológicos.

En la actualidad, con mucha frecuencia, se perciben vejez y envejecimiento de forma peyorativa y se tiende a discriminar ambos conceptos, ya que se relacionan con la pérdida de belleza física, rapidez, éxito y productividad, características muy valoradas en sociedades occidentales.

Es muy habitual hablar de vejez con estereotipos, exagerando las características negativas y de forma inconsciente esta tendencia va influyendo en el concepto que se tiene de las personas mayores. Incluso éstas se ven afectadas por un mayor estrés y dificultad para combatir los cambios propios y normales de la vejez.

Pero, ¿se puede envejecer de forma saludable y activa? Si.  Lo primero es asumir los cambios que se van estableciendo, no solo en el organismo, sino también en el entorno y a lo largo de la historia de cada cual, entenderlos como algo positivo y normal.

Durante esta etapa se pueden realizar de forma más sosegada infinidad de actividades que durante la vida laboral u ocupacional no se han podido hacer, debido a prisas y responsabilidades propias de la edad adulta. A medida que se envejece se pueden seleccionar y potenciar aquellas cosas que tienen sentido y dedicarles el tiempo la atención que precisan.

Seguir una dieta equilibrada, mantener la forma física y buenos hábitos de sueño, así como mantenerse mentalmente en forma y cultivar el contacto personal y social son aspectos fundamentales para envejecer de forma activa.

Debemos de promover que el envejecimiento activo se produzca con la máxima capacidad funcional y con la mayor calidad de vida, de manera que las personas permanezcan activas autónomas e independientes durante el mayor tiempo posible. (programas específicos).