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Son muchas las ventajas que nos puede aportar una mascota. Especialmente si vivimos solos, posiblemente veamos que un perro o un gato nos de cariño, compañía, nos mantenga entretenidos e incluso nos hará practicar ejercicio físico.
Pero es fundamental que sepamos que una mascota va a tener numerosas exigencias diarias que nunca podremos pasar por alto, independientemente de que no tengamos ganas, tiempo, o capacidad económica de aportarle los cuidados que necesita.

Un animal de compañía es un ser vivo al que no podemos defraudar. Además, adoptar una mascota es una decisión a largo plazo, no solo hay que evaluar nuestras capacidades actuales sino las posibilidades de seguirle dando todo lo que necesita siempre.

mascotas en la tercera edad

Es cierto que numerosas investigaciones han demostrado mejorías de todo tipo al incorporar un nuevo «miembro» en su casa.
Empezando por mantener una actitud más positiva, importantes mejoras psicológicas y físicas ya que obligatoriamente aumentaremos nuestra movilidad, realizar ejercicio, tener nuevas responsabilidades… y todo esto, viendo cómo nuestra mascota nos agradece cada atención, cariño y cuidado que tengamos con él porque los animales son fieles y agradecidos.

Si ya nos hemos decidido por tener un animal de compañía, la adopción es rotundamente la manera correcta de hacerlo.

Las personas que adoptan se sienten muy satisfechas por su loable acción y aumenta su autoestima por salvar la vida de un animal que le necesita.
No estés dispuesto a pagar dinero por tu nuevo compañero de vida. Debemos saber que en los centros de acogida hay animales de compañía de todos los perfiles y nos pueden indicar el animal que realmente se adapta a nuestro hogar y forma de vida; grandes, pequeños, adultos, cachorros, más dóciles, con temperamento…

La elección de nuestra mascota es una decisión importantísima que dependerá de nuestras capacidades, estilo de vida y de las del entorno en el que se va a desenvolver. En las protectoras de animales buscaran sin duda alguna el animal que más se adecua a nosotros, las protectoras se preocupan muy mucho por conocer el carácter del animal y consiguen la perfecta adaptación con sus dueños.

Convendría hacernos una serie de preguntas antes de tomar ninguna decisión precipitada.
¿Queremos un cachorro o un adulto? Un cachorro necesitará una base de disciplina y muchísimos más cuidados y paciencia, además pueden llegar a vivir 18 años, con lo que según la edad del adoptante, si esta es muy elevada, tenemos que pensar en el futuro de nuestro nuevo compañero. Un adulto ya tiene su conducta formada, muy posiblemente haya pasado situaciones traumáticas, son muy agradecidos al encontrar un verdadero hogar y saben aprovechar la oportunidad que se les brinda, los adoptantes cuentan verdaderas maravillas y se sienten muy validos al darles la oportunidad de salvarles la vida.

¿Disponemos de suficiente espacio en casa? Seguramente una mascota más pequeña sea mejor para tí si vives en un piso, en las protectoras y perreras hay gatos y perros de pequeño tamaño esperando ser adoptados.
¿Pelo largo o corto? El hábitat natural de un animal no es una casa cerrada por lo que tendremos que aceptar pequeños inconvenientes como la muda de pelo, si bien podemos optar por un animal de pelo corto.
¿Vamos a poder satisfacer una gran demanda de ejercicio físico? Ciertas razas o cruces requieren más actividad que otras, es imprescindible que sepamos las expectativas que requiere el animal.
¿Podemos permitírnoslo económicamente? Las visitas al veterinario se tendrán que producir con regularidad, tienen que tener una correcta alimentación y demás cuidados.
En este sentido la gran mayoría de protectoras entregan los animales en adopción en perfecto estado de salud, ya esterilizados, con sus vacunas al día, cartilla y desparasitaciones interna y externa. Teniendo los adoptantes que vacunarlos una vez al año y desparasitarlos cada 3 meses.

Sobre todo, para cualquier duda, debemos asistir al consejo de los profesionales.