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*Vicenta Gracia es una matriarca de 105 años, una mujer adelantada a su época y una de las primeras en cotizar

*Mujer de carácter, tiene 22 nietos, 23 biznietos y jamás ha pasado por un quirófano ni ha padecido enfermedad

*13 centenarios viven actualmente en las residencias Savia de toda la Comunidad Valenciana

 

Con motivo del 8 de marzo la red de residencias Savia quiere hacer un reconocimiento a sus residentes más longevas y ha aprovechado el Día de la Mujer para homenajear a alguien que ha visto pasar por delante de sus ojos las vicisitudes históricas del último siglo. Se trata de Vicenta Gracia.

Vicenta nació en un mes de enero de hace 105 años pero -como prueba de la vida cotidiana de aquella España- no fue inscrita hasta el mes siguiente de su nacimiento. Por eso celebramos su cumpleaños hace unos días. Vicenta vivió en varias masías hasta que terminó viviendo en Montán, en la provincia de Castellón y donde está su residencia Savia. Ella y su marido vivían del campo y la ganadería y es una de las primeras mujeres que cotizó en este país, siendo así una matriarca adelantada a su época.  Vicenta tuvo 9 hijos, uno falleció, y su primer vástago lo trajo al mundo a los 17 años. Tiene 22 nietos y 23 bizinietos, jamás en sus 105 años ha tenido problemas de salud ni intervenciones quirúrgicas: podríamos decir que jamás ha viso un médico.

13 centenarias en Savia

En Savia tenemos la fortuna de contar con 13 personas mujeres de más de 100 años: 13 sonrisas centenarias. Se trata de mujeres independientes que han trabajado y cuidado a sus familias durante muchísimos años. Estas son algunas de sus historias, aficiones, experiencias de su centenaria vida.

Centenaria de Manises – Mercedes Ballester (101)

Funcionaria del Ministerio de trabajo. Es una señora soltera y sin hijos. La mayor de 4 hermanos. Ha vivido siempre en Valencia, en el Barrio del Pilar, con su hermana, en una finca familiar. Ella siempre ha cuidado de su padre y de sus sobrinos. Le ha gustado siempre mucho leer, los libros eran su regalo estrella, ver la tele y los concursos. Le encantaba pasar los veranos y los fines de semana en su apartamento en Cullera.

Centenaria de Alborache – María Sanz (100)

Es una mujer muy trabajadora, se dedicó a ama de casa y a ayudar a su marido en el campo. Le gustaba mucho coser, hacer punto y ganchillo, ella misma cosía la ropa de sus hijos (tiene un hijo y una hija). Mantiene muy buena relación familiar. Ingreso en el centro hace casi 4 años.

Centenarias de Castellón

-Dolores Izquierdo (100) es de un pueblo de Albacete (Elche de la Sierra). Viuda con 8 hijos (4 hijos y 4 hijas). Ha trabajado en domicilios, en el campo y en todo lo que podía, una auténtica luchadora. Tras casarse se dedicó a las tareas del hogar. Le gusta cantar, bailar, escuchar música, la jardinería, la cocina y ver películas de su época. Tiene 20 biznietos y 18 nietos.

-María Calvo (101). Natural de Cehegin (Murcia), aunque ha vivido toda su vida en Barcelona (desde los 14 años). Casada, aunque actualmente viuda, tiene 2 hijos. Antes de casarse hacia pañuelos y dobladillos en pañuelos, después se ha dedicado a las tareas del hogar. Le apasiona coser y la televisión. También le gusta mucho el teatro aunque hace muchos años que no va, visitar museos y el cine. Es una persona muy buena y cariñosa, que se preocupa mucho por los demás y siempre ha cuidado mucho a su familia. Tiene 4 biznietos y 3 nietos.

Centenaria de Quartell – Ana López (102)

De pequeña su familia tenía una tienda y se lo pasaba muy bien trasteando en ella. Al morir su padre se fue a Madrid a trabajar en la empresa de su tío. Intentaron que estudiara para dedicarse a la administración, pero llego la guerra y todo quedó en nada. Tras un año de guerra en Madrid, volvió al pueblo y allí se dedicó a labores del campo y recogida de aceituna. Al acabar la guerra, visto que en el pueblo no había mucho trabajo, vino a Valencia en busca de una vida mejor. Aquí conoció a su marido en la Feria de Julio, con el que tuvo a sus hijos. También ha trabajado en un almacén de naranjas durante dos temporadas y, además, se dedicó a la costura, “con esto si sacábamos bastante dinero”, dice ella.

“He tenido que trabajar en muchas cosas que iban saliendo”. Ella nos cuenta que, su vida se complicó al quedar viuda, dado que uno de sus hijos le tocó el sorteo de la mili y el otro tenía 14 años.  “Pero, he tenido mucha suerte con mis hijos, son muy listos y trabajadores y siempre me han ayudado mucho”.

Centenaria de Picassent – Esmeralda (101)

Tenía varios hermanos y entonces cuando Esmeralda era joven trabajaba con su tía en una pensión de hospedaje donde apeaban los carros y sirviendo cafés y comidas, a los años se dedicó a su hogar con su familia, al cuidado de sus hijos, más tarde decidió abrir un pequeño negocio de trajes a medida con su hijo.