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Cerca de 250.000 ancianos viven solos en la Comunidad de Madrid. Un 26% de ellos se encuentran en situación de dependencia y se calcula que para el 2032 la cifra superará el 45%. Para atender a personas mayores y solas que sufren enfermedades avanzadas y crónicas a través de una red de voluntariado nació el pasado mes de abril Making Sharing, un proyecto de la Fundación Vianorte-Laguna enmarcado dentro del Programa Final de Vida y Soledad de la Obra Social La Caixa.

Jacobo Vázquez, estudiante de economía y derecho de 21 años, es uno de los jóvenes voluntarios que comparte su tiempo con estos ancianos en riesgo de exclusión social. Desde hace tres semanas dedica una tarde a la semana a Marcelo, un octogenario con problemas de movilidad por culpa de un respirador. Cuando le visita, Jacobo se dedica básicamente a «estar con él, buscar un rato agradable o jugar al chinchón», cuenta con una sonrisa.

«Yo te diría que es casi más importante la ayuda moral o la ayuda sentimental que la económica. Cuando estás con una persona y ves que se lo ha pasado tan bien, que ha disfrutado tanto y que está alegre porque tú simplemente le acompañes yo creo que es mejor que cualquier otra cosa que le puedas dar», explica.

Habla desde la residencia de ancianos de Laguna junto a una vieja conocida de otras acciones de voluntariado: Elisa. «Son encantadores, tienen una santa paciencia como puedes ver», cuenta esta mujer de 88 años. «Vienen, nos hablan, nos cuentan sus historias, son todos gente deliciosa. Si no fuera por ellos yo estaría muy sola, aunque aquí siempre estamos haciendo cosas», añade.

La fundación Vianorte-Laguna cuenta con 120 voluntarios. Making Sharing funciona principalmente en el distrito madrileño de Latina, donde cerca de 45.700 personas viven solas. Su nombre, haciendo compartidores, pretende subrayar ese intercambio de vivencias entre la persona mayor y el voluntario así como su vocación por crear redes solidarias y construir sociedad.

En palabras de Jacobo: «el término de voluntariado debería cambiarse y llamarse compartiriado porque al final voluntariado suena un poco a que estoy siendo el salvador, pero muchas veces eres tú el que está siendo ayudado y recibes más de lo que das. Cuando estás con estas personas es una sensación tan gratificante que me merece la pena por verlos a ellos así de felices y por lo que aprendo yo a tratar a las personas, ponerme en el lugar de otros y la experiencia que te puedan dar».

Participar en Making Sharing es sencillo: tras una entrevista personal se realiza una formación básica de dos o tres horas para aprender a tratar a estos ancianos. Una vez superada la entrevista con el psicólogo, los voluntarios se incorporan dependiendo de su tiempo. Este proyecto forma parte del Programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Obra Social la Caixa, presente en 109 centros hospitalarios y áreas de atención domiciliaria de toda España. Más de 114.000 pacientes y 165.000 familias han recibido apoyo psicosocial desde su puesta en marcha en 2008.