Los adultos mayores de 65 años tienen la necesidad imperiosa de realizar ejercicio físico todos los días. El sedentarismo contribuye rápidamente al deterioro de la salud y está considerado una de las primeras causas de muerte prematura. Por este motivo, es muy importante que los adultos mayores se mantengan activos a pesar de sus limitaciones. La actividad física mejora las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y funcional, reduce el riesgo de depresión y deterioro cognitivo.
Cada persona es diferente y el ejercicio que las personas mayores pueden practicar depende directamente de su estado físico.
Algunas condiciones específicas limitan la intensidad y la duración del ejercicio, pero no la actividad en sí. Es decir, sin importar si la movilidad de las personas a cuidar es limitada o no, es importante que realicen ejercicios de acuerdo a sus capacidades.
Existen cuatro tipos básicos de ejercicios y todos pueden ser practicados por personas mayores siempre y cuando sea una actividad controlada y llevada a cabo según la medida de las posibilidades de cada mayor.
Todas las actividades y ejercicios físicos que realizan nuestros residentes son supervisados por profesionales y están adaptadas e individualizadas según las posibilidades de cada uno.