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Hablan nuestros profesionales

El proceso de envejecimiento conlleva a una serie de cambios corporales, fisiológicos y funcionales que modifican las necesidades nutricionales de las personas e influyen en la capacidad de obtener los nutrientes necesarios.

Algunos cambios fisiológicos que pueden ser causantes de una malnutrición son:

  • Cambios en la composición corporal
  • Cambios en la masticación
  • Cambios en el gusto
  • Cambios en el sistema cardiovascular

Además, afectan otros factores no físicos que pueden provocar la pérdida del apetito o el interés por la comida:

  • Menos actividad física
  • Perdida de la rutina laboral
  • Utilización crónica de medicamentos

La presencia de malnutrición puede intervenir de manera significativa en la evolución de las enfermedades crónicas y agudas de nuestros residentes, el retraso de la curación de alguna herida, aparición de otras patologías o las enfermedades degenerativas propias del envejecimiento. Por ello, una valoración nutricional completa durante el ingreso de un/a residente en el Centro y un seguimiento riguroso en la estancia del/la mismo/a, son los puntos claves para no estar en riesgo nutricional y estar fuertes y saludables.

Es muy importante adaptar al máximo el menú a las características de la persona mayor, para asegurarnos que en su alimentación no falte ningún nutriente esencial.  Aportar energía suficiente (5 comidas al día), proteínas de buena calidad y fáciles de digerir (huevo, carne magra, pescado), adecuado aporte de calcio (leche, queso, yogures) y una hidratación adecuada (agua, zumos, gelatinas…) van a permitir que la persona disfrute al máximo de todo su potencial para llevar a cabo sus actividades cotidianas y de ocio.

En Savia disponemos de dietistas que se encargan de velar por la idoneidad de los menús y de realizar seguimiento a los/as residentes que presenten algún riesgo nutricional.

Disponemos de un gran abanico de menús adaptados para todo tipo de patologías, gustos y preferencias, además de la posibilidad de elegir entre dos menús basales.

Asimismo, para poder atender con mayor precisión a los/as residentes con problemas de masticación y deglución, disponemos de “Menús Texturizados” un sistema que emulsiona los alimentos dándoles una textura que permite presentarlos con diversas formas y parecidas al alimento original, sin disminuir el valor nutricional y según testimonios de algunos/as de nuestros/as residentes, recuperando los sabores olvidados, que antes no disponían con los tradicionales triturados.

No podemos olvidar que comer es uno de los placeres de la vida, y tan importante es comer como el modo en que se cocina y se presentan los platos. Adaptar el menú a los gustos de la persona mayor, incluyendo platos tradicionales y cocinándolos con esmero es clave para conseguir una buena aceptación por parte del/a residente, lo que al final se traducirá en un mejor estado de salud.