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Por Teresa Sanz, Psicóloga Savia San Antonio.

El interés por las cuestiones educativas en relación al envejecimiento y la vejez es relativamente reciente, debido a la idea de que la formación está dirigida a niños y jóvenes adultos, para prepararlos para la producción y el trabajo. Del mismo modo que se asocia el envejecimiento a una etapa de descanso e inactividad.

Sin embargo, el colectivo de mayores cada vez solicita mayor número de actividades, muestran su necesidad de aprendizaje, reclaman espacios donde satisfacer sus inquietudes.

Las actividades corporales, intelectuales y sociales, ayudan a mantener una actitud positiva del mayor y en definitiva a mejorar su calidad de vida. Desmitifican los prejuicios de inactividad, que estigmatizan al mayor, favoreciendo este período con una actitud de crecimiento, aprendizaje, divertimento, manteniéndolos/as conectados/as a su entorno, viviendo con la mayor plenitud posible.

La reminiscencias una de las actividades que ayudan en este sentido a dar continuidad a la historia personal, reforzando la identidad y trasmitiendo a las nuevas generaciones las historias vividas. Así se mantiene la memoria colectiva, al transmitir los hechos del pasado a las nuevas generaciones.

La reminiscencia tiene un lugar de gran valor en la vida del adulto mayor porque contribuye positivamente en su calidad de vida, principalmente a través del mejoramiento del estado anímico.

Todos tenemos recuerdos y una memoria llena de imágenes, de sucesos más o menos recientes, de vivencias de nuestra infancia y adolescencia. Estos recuerdos van acompañados en el tiempo con las emociones que hemos vivido en esos momentos y juntos conforman la historia de nuestra vida.

A través de objetos personales álbumes de fotografías, periódicos y revistas de su época, canciones, películas, libros, objetos antiguos o grabaciones podemos ayudar al mayor a hacer una revisión de su vida de una forma muy natural. Un aroma, una textura, una fotografía o un dibujo pueden convertirse en agentes que evocan y facilitan una conversación o actividad, individual o en grupo, en la que se da rienda suelta a la narración de los recuerdos.

A través de estos recuerdos se fomentan la comunicación y la interacción social compartiendo experiencias y proporcionando espacios de disfrute y entretenimiento.

Cuandorecuperamos nuestras vivencias, nuestros recuerdos y esas emociones vinculadas, recuperamos experiencias pasadas. Al revisarlas, nos permiten verlas desde una perspectiva más amplia,resignificar esas situaciones vividas y darles así un significado más óptimo.

Psicóloga de Savia San Antonio

Teresa Sanz